domingo, 15 de junio de 2014

La travesía de Hades

1. FEBE


En medio de un fuerte viento, tormentoso, caliente y asfixiador, me encontraba aferrado a la idea de sobrevivir, caminaba sin un rumbo fijo, mis ojos solo distinguían oscuridad, caminaba sobre un abismo. Pero dicen que ¨por más oscuros que sean los caminos siempre habrá luz. ¨
Bueno, pues es así como cambio mi vida, de pronto entre esa oscura y caliente tormenta se apareció ante mí un camino de flores rojas, iluminado por ellas, un rojo no humano, más brillante que cualquier luz, parecía un pedazo de estrella, rojo como sangre. Pensé que estaba muerto y que era el camino que debía seguir simplemente ir adelante ya no importaba que pasaría, ya no tenía esperanza ni deseo por la vida.
Fue en ese momento que apareció ella, envuelta sobre una luz parecida a la de la misma luna, parecía una estrella caída del cielo, mi cuerpo tubo la sensación de que mi corazón palpitaba más fuerte que nunca, parecía que la sangre de mis venas corría como un río feroz, un cosquilleo entro por mi estomago, mi respiración parecía cortarse. Era una mujer, brillante como la luna, parecía que podía encarcelarme en su mirada, tenía los ojos hundidos, parecía tener una piel de cristal puro, tenía una altura que ningún humano podría tener. Sobre su falda colgaba una espada con una larga empuñadura de águila, sus senos sobresalían un poco por el dorado que recorría parte de su piel, parecía tener algunas características como de una criatura de agua, pero tenía una belleza como ninguna otra.
Ahí frente a ella me deje caer, mis ojos parecían perdidos en ella. Bajo el rostro hacia mi, observándome. Con una voz suave se voltio a mí y dijo:
-         ¿Qué pasa hijo mío?  ¿tan fácil te rindes por la ausencia de mi ser que no ah podido ayudarte a iluminar tu camino esta noche?
Quede un poco desconcertado, no sabía si esto era un sueño, mis manos temblaban apenas podía mantenerme de pie, y con una voz débil y temblorosa pude dirigirme a ella.
-         ¿Tu ausencia? ¿eres una estrella?, ¿Quién eres tu?
Hizo un pequeño movimiento con su cabeza y se inclino hacia mí.
-         ¿Quién soy mi querido Hades?  
Yo soy la luz de cada anochecer, yo soy la escencía del cielo, yo soy quien guarda la amargura de la noche. Mi nombre es Febe la Diosa de la luna.
Al escuchar esto quede sorprendido, mis ojos estaban inundados en su belleza, mi voz estancada, mi cuerpo ausente.
-         ¿Febe?  No entiendo. ¿Estoy muerto?
Soltó una pequeña sonrisa.
-         No mi querido Hades, yo eh aparecido frente a ti para iluminar tu camino, te eh seguido desde el cielo tantas noches hijo mío.
-         ¿Y porque esta noche tan tormentosa me has abandonado?
-         Te eh puesto a prueba hijo mío.
-         ¿A prueba? ¿para qué señora mía?, solo soy un simple ser humano luchando por mi vida, un hombre equivocado, que salió de casa buscando el significado de la vida, y ya lo eh entendido, tal cosa no existe.
-         Te equivocas querido Hades, todo el tiempo has tenido la respuesta en tu camino pero jamás has sido capaz de verla, yo te eh de poner una misión, las estrellas han hablado, el universo te ah elegido hijo mío.
-         ¿Elegido? ¿pero porque a mí? ¿Qué debo hacer?
-         No puedo explicarlo, has sido escogido por las 12 estrellas del cielo, ellas te han llamado para salvar la luz de la noche, tu eres el elegido, ahora tengo que entregarte este mensaje Hades. Si tu no logras esta misión, entonces yo abre de perder el brillo, yo abre de dar mi sangre en vano.
-          Habrás de pasar el desierto de Venus pero deberás tener cuidado ya que apenas se ponga el sol yo no estaré mas en el  cielo, Este desierto esconde secretos y criaturas salvajes que encontraras en tu camino, debes llevar la siguiente ofrenda al rey de Plutonia. 
Se inclino hacia mí y me entrego un pequeño cráneo, no identifique de que animal habría pertenecido.
-         Debes tener cuidado en esa ciudad, ya que ahí encontraras todos los placeres que un hombre busca, no deberás caer en la tentación de ninguno de ellos o fallaras hijo mío. Al haber abandonado Plutonia deberás pedir a cambio del cráneo una balsa para dirigirte hacia el Mar rojo del sur, pasaras frías tormentas pero yo estaré guiándote desde el cielo Hades, después de cruzar el Mar rojo, deberás entrar en las cavernas de granito. Ahí veras joyas preciosas no debes de tocar nada, Hades, es importante que te encuentres con la Diosa de los mares ella habrá de darte un diamante, con el tendrás un deseo, deberás usar tu deseo con inteligencia mi querido Hades, ya que debes llegar al desierto de Olgámo antes de la 4 Luna. En el desierto del Olgamo no encontraras vida, solo hay muerte y desesperanza en ese lugar, es el lugar de los llantos, no debes escucharlos, no debes comer nada de lo que veas ahí, deberás guiarte hacia el Norte a encontrar la pirámide de Kukulkán donde deberás verter una gota de mi sangre en la parte más alta de ella.
De su falda, saco una pequeña daga de oro y se hizo una pequeña herida en la palma de la mano, su sangre brillaba igual que su belleza, tomo un pequeño frasco cristalino y la puso dentro en ese momento la sangre se volvió de un color opaco, saco un pequeño costal de su falda y puso el frasco de cristal dentro, se inclino hacia mí y me lo dio.
-         Te doy este costal Hades, en el as de encontrar lo que necesitas y esta brújula que te dirá el camino a pesar de la oscuridad, habrás de guardar el secreto de mi presencia ante ti, ahora la noche depende de ti Hades, las estrellas han hablado.
En ese momento todo se volvió oscuridad, excepto dentro del costal que la extraña criatura me había otorgado, dentro de el había una pequeña piedra que brillaba, parecía un pesado de la misma luna, lo saque e ilumine dentro del costal, había una daga de oro, también había una garrafa de agua de la que tome un sorbo y un mapa enrollado, lo coloque sobre la tierra y comencé a verlo, era como si me encontrara ahora en otro mundo, y estaba señalado donde estaba parado exactamente, ahora solo era yo y una noche oscura, yo y mi búsqueda , yo y el sentido de mi existencia y mi mente que no dejaba de hacerse preguntas, pero me arme de valor abrí la brújula y me dirigí al Sur.



Modelo: Kathya Flores 

Sueños del mas allá








Listen to:


xxxxxxx

No hay comentarios: